lunes, 17 de noviembre de 2014

Citius, altius, fortius es una locución latina que significa "más rápido, más alto, más fuerte". Este fue el lema de los Juegos Olímpicos de Múnich, Alemania Occidental entre el 26 de agosto y el 11 de septiembre de 1972; con los cinco anillos de diferentes colores entrelazados y con la antorcha, simboliza el espíritu olímpico. La frase fue pronunciada por el barón Pierre de Coubertin en la inauguración de los primeros Juegos de la Edad Moderna, en 1896 (Atenas).
El lema fue ideado por el dominico fray Henri Didon para el frontispicio de su colegio de San Alberto Magno de Arcueil. Didon era amigo de Coubertin.
Gramaticalmente, está formada por el comparativo de los adjetivos citus, altus y fortis.
Dato Color....
¿Cuánto pesa y cuánto mide un disco de lanzamiento?
El peso del disco de lanzamiento es de 2 kg para hombres y de 1 kg para mujeres.
El disco tiene un diámetro de 219 – 221 mm y una anchura de 44 – 46 mm en la categoría masculina, mientras que en la categoría femenina tiene un diámetro de 180 – 182 mm y una anchura de 37 – 39 mm. El tamaño y el peso del disco descienden en las categorías inferiores de varones, siendo de 1,5 kg para menores (hasta 17 años) y 1,75 kg para juveniles (de 18 a 20 años). El disco se lanza desde un círculo de 2,50 metros de diámetro y debe aterrizar dentro de un sector de ángulo de 34° 92′. Normalmente cada atleta tiene tres intentos de un minuto cada uno, ganando el que mayor distancia haya logrado.
La historia de la maratón: el soldado que murió por salvar a Atenas
La disciplina, que se correrá el domingo, es una de las disciplinas con más tradición en los Juegos Olímpicos.
Historias de los Juegos Olímpicos
"¡Nike! ¡Nike! ¡Nike!", con esas palabras, que en griego significan victoria, el soldado Filípides anunciaba el triunfo de Atenas. Había corrido más de 40 kilómetros con una consigna: avisar a la ciudad que sus soldados habían ganado la batalla ante el ejército persa, en la ciudad de Maratón.
Las mujeres y el resto de la población estaban preparados para matar a sus propios hijos y destruir la ciudad. Sus enemigos, que temían el crecimiento de Atenas y comenzaron un plan de invasión, habían prometido que, en caso de triunfar, violarían a todos y saquearían todo lo que tuvieran en frente. Fue lo último que hizo el corredor Filípides. Tras transmitir el mensaje, cayó desplomado y murió. No aguantó el desgaste físico. Con el conocimiento de la victoria, la ciudad cerró sus puertas. Y se salvó. 
Fue en el año 490 Antes de Cristo. En Maratón, una playa semidesértica con humildes casas de pescadores, se enfrentaron unos doce mil soldados atenienses ante un ejército ampliamente superior, que llegaba a los 30 o 40 mil (algunos historiadores hablan de 100 mil, pero la cifra parece exagerada).
La orden de que Filípides avisara a la polis griega fue del general ateniense Milcíades. En condiciones mucho más inferiores, la batalla parecía perdida. Al final, la condición atlética de los soldados atenienses, excelentes corredores aún con las armaduras que pesaban casi 25 kilos, fue más que el impactante número persa. Tras la batalla, el ejército ateniense también debió correr la distancia Maratón-Atenas para llegar a la costa de su indefensa ciudad antes que los barcos persas, por lo que algunos argumentan que la disciplina también es un homenaje a ellos.

El sacrificio de los soldados atenienses es recordado cada cuatro años en los Juegos Olímpicos modernos, fundados por el Barón Pierre de Coubertin, en 1896. Los atletas de elite le rendirá tributo a la historia cuando corran los 42 kilómetros, la misma distancia que recorrió Filípides, el soldado que murió por salvar a Atenas.

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